«Gabo y Mercedes: Una despedida» | Los últimos días de García Márquez desde la mirada de su hijo
] BOGOTÁ, Colombia. * 18 de mayo de 2021.
) Efe.
Gabriel García Márquez lamentaba que su muerte era la única faceta de su vida sobre la que no podía escribir. Así que su hijo, Rodrigo García, ha abordado siete años después en la novela «Gabo y Mercedes: Una despedida» esos últimos días en el que Gabo, sumido en la demencia, ya no era Gabo.
El día que murió en la casa de Ciudad de México donde se encontraba toda la familia apareció un pájaro muerto en el sofá, justo en el sitio donde el escritor colombiano solía sentarse.
El día que Úrsula, uno de sus personajes estrella de «Cien años de soledad» murió, también un Jueves Santo, unas aves desorientadas se estrellaron contra las paredes de la casa de Macondo y cayeron muertas. El paralelismo era evidente y Rodrigo García «se moría de ganas de contarlo».
«NADIE ESCRIBE POR OTRO ESCRITOR»
«Gabo y Mercedes: Una despedida» (Random House), que se publica este jueves en España y Colombia, es un paseo, lleno de anécdotas como esa, por esas últimas semanas del escritor colombiano en el que un médico le dijo que se moría, y también de su relación con su mujer, Mercedes Barcha, y el resto de su familia que lo acompañó.
«No escribí sobre su experiencia (con la muerte), eso lo estará escribiendo él ahorita en algún lugar», expresa en una rueda de prensa García, que alega que «nadie escribe por otro escritor». «Pero me apoyé un poquito en esa idea para consolarme a mí mismo de escribir sobre su muerte sin que fuera de una manera demasiado indiscreta», agrega.
Rodrigo, el mayor de sus dos hijos, fue tomando notas durante esos últimos días «con algo de culpabilidad» y «preocupado de no traicionar la vida privada de la familia».
Mientras su madre siguiera viva el libro no iba a ver la luz, asegura en el relato, pero con su muerte el pasado 15 de agosto, Rodrigo abre a todo el público las puertas de la casa en México y lo que pasó en esos días.
«Allí de pie, me gustaría creer que su cerebro, a pesar de la demencia (y quizás con la ayuda de la morfina), es todavía el caldero de creatividad que siempre fue», confiesa en las páginas.
García aborda a Gabo como una persona que en sus últimos momentos no era el padre que él reconocía, sino un extraño que apenas identificaba a nadie.
Y también la etapa anterior, en la que «es consciente que está perdiendo las facultades», y que para él fue más dura, porque el último año y medio ya fue «muy tranquilo, no sufría de ansiedad, estaba tranquilo y eso nos reconfortaba».
«Estoy perdiendo la memoria, pero por suerte se me olvida que la estoy perdiendo», cuenta que les dijo en una ocasión el Nobel, que es retratado en el libro en un tono presente donde su hijo ha tratado de «encontrar ese balance entre lo personal, pero tampoco ser demasiado emocional, demasiado indulgente» consigo mismo y con sus sentimientos.
«Sabía que el libro iba a ser un viaje difícil, peligroso, con esa preocupación de que tenía que estar bien escrito», asegura el cineasta, que lo narró en inglés, su lengua de trabajo, que le permite escribir con soltura y mucha velocidad.
Cuando acabó pensó en reescribirlo él mismo en español, pero le pareció demasiado duro, y finalmente solo pudo revisar y editar la traducción de Marta Mesa.
ADIÓS A «LA GABA»
El libro es también la despedida a su madre, Mercedes, quien se negó a que la llamaran viuda porque era «una magnífica versión de sí misma» y llamaría «chismoso» a su hijo por haber publicado este relato que se mete en las entrañas de la familia.
De «La Gaba», Rodrigo cuenta que le «asombra cómo se convirtió en la persona que llegó a ser, siempre sólida y firme e incluso dirigiendo el mundo que el éxito» de su padre les proporcionó.
Y también incluye anécdotas familiares como el estado de abstracción en el que entraba el escritor todas las mañana, inmerso en su trabajo aunque sus hijos entraran al despacho a preguntarle algo, y del que solo salía en la hora del almuerzo.
«LA TORMENTA PERFECTA»
El libro llegará a las librerías cuando Colombia se encuentra inmersa en una de las peores crisis políticas y sociales de su historia más reciente, con casi tres semanas seguidas de multitudinarias manifestaciones sociales que muestran el descontento de una población que tiene las raíces en muchos de los problemas que García Márquez habla en sus libros hace ya más de 50 años.
Años de desigualdad e injusticia social, el hartazgo de décadas de guerra y conflicto, del narcotráfico, y ahora de la pandemia, la «tormenta perfecta», como resume García, que ha sacado a decenas de miles de colombianos a las calles de todo el país pidiendo cambios.
«A Gabo le daría mucha tristeza ver que las cosas se resuelvan con tantos muertos de por medio», añade. De momento, la Defensoría del Pueblo ha recibido reportes de 42 muertos durante las protestas contra el Gobierno colombiano, mientras que organizaciones como Temblores notifican 43 casos de víctimas de «violencia homicida» por parte de la fuerza pública.
«Me imagino que estaría triste, pero estaría tan involucrado como pudiese para tratar de encontrar una solución», resuelve su hijo.
Gabriel García Márquez murió el 17 de abril de 2014, pero sus historias siguen siendo de actualidad y sus libros son un relato vivo para muchas generaciones.
Su muerte, ese hecho que obsesiona a todo autor, ha quedado impresa en forma de crónica íntima en estas páginas, pero a los lectores les queda su vida que fue, según su hijo, «una de las vidas más venturosas y privilegiadas jamás vividas por un latinoamericano».
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Serie «Cien años de soledad» tendrá 3 temporadas y durará 20 horas
NETFLIX. | 9 de diciembre de 2020.
] Telam.
La adaptación de «Cien años de soledad», la novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez cuya traslación al formato audiovisual está siendo impulsada por la plataforma Netflix, tendrá una duración de «alrededor de veinte horas distribuidas en tres temporadas», según adelantó Rodrigo García Barcha, uno de los hijos del escritor colombiano, que junto a su hermano Gonzalo participan del proyecto como productores ejecutivos.
Desde que el año pasado la plataforma de streaming anunció que llevaría a su pantalla la historia que con su publicación en 1967 consagró a García Márquez, no se han conocido precisiones del proceso, pero ahora, en el marco de una de las sesiones del octavo Festival Gabo, que este año se celebra en formato digital, se han conocido algunos detalles a partir de una entrevista que mantuvieron Rodrigo García Barcha con el realizador chileno Andrés Wood y el crítico colombiano de cine Samuel Castro.
“Todavía no está decidido del todo, pero creo que van a ser tres temporadas de ocho, seis y ocho horas, o algo así”, señaló el hijo del escritor, quien además contó que el guionista puertorriqueño José Rivera es quien ha adaptado el libro y ha escrito los primeros capítulos.
El hijo del colombiano indicó que «todo libro es difícil de adaptar y en el caso de las obras de Gabo hay una historia de malas adaptaciones. De hecho, la novela más famosa de García Márquez había tenido opciones de ser adaptada al cine, pero el autor de «El otoño del patriarca» y «El amor en los tiempos del cólera» siempre dudó de que la obra encajara en formato audiovisual.
«Gabo, en sus novelas, tiene muy poco diálogo. Y cuando hablan sus personajes, lo hacen de forma muy contundente, lapidaria y poética. Y el cine no aguanta eso. No pueden estar todos hablando como si fueran dioses”, aseguró García Barcha, quien entiende que es “necesario que los guionistas y los directores se apoderen del libro”..
“Solo funciona si el director tiene una visión universal de lo que está haciendo en la adaptación. Hay que tomar ciertas libertades, sino no funciona”, acotó durante la charla.
La producción probablemente no dejará indiferente a nadie porque va a introducir cambios desde los primeros compases: “(Rivera) ha hecho un par de cambios que no están reinventando nada, se parece mucho a la novela. Pero si ha hecho un par de cosas estructurales, muy astutas, que no van a ser alarmantes. Es muy fiel al libro”, aseguró el hijo de García Márquez.
García Barcha, que ha dirigido series como «Los Soprano» o «Six Feet Under», admitió que toda historia “es una adaptación” y amplió: “Lo que Gabo, por ejemplo, decidió excluir en ‘Noticia de un secuestro’ fue una decisión narrativa. La forma como se estructura para crear más o menos suspenso. Los formatos son diferentes y hay que crear suspenso, que es la parte más importante de cualquier historia. Hay que respetar la esencia, lo que vivió la gente, aunque siempre hay que adaptar algo, por supuesto”, indicó.
En una charla virtual anterior que mantuvo con el escritor Alberto García Ferrer, también organizada por la Fundación Gabo, García Barcha había asegurado que el guion del primer capítulo estaba listo. «Gabo (..) dijo alguna vez que si ‘Cien Años de Soledad’ no hubiera sido novela, hubiera hecho muchas películas en lugar de escribir el libro. Por suerte, fracasó en eso”, había dicho entonces.
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Hamilton critica a pilotos que no denuncian el racismo
] BRISTOL. * 8 de junio de 2020.
| AP.
En medio del receso por la pandemia del coronavirus, el múltiple campeón de la Fórmula Uno Lewis Hamilton está militando activamente en la causa contra las injusticias raciales.
El piloto de Mercedes se manifestó el lunes en su cuenta de Instagram a favor de los manifestantes que derribaron la estatua de un comerciante de esclavos del siglo 17 en Bristol, Inglaterra.
“¡Todas las estatuas de individuos racistas que ganaron dinero vendiendo seres humanos deberían ser derribadas!”, dijo Hamilton. “¿Quién es el próximo?”.
Poco después exhortó a los gobiernos de todo el mundo a que “hagan estos cambios” que reclama la gente en protestas multitudinarias “y retiren en forma pacífica estos símbolos racistas”.
Hamilton también condenó la muerte de George Floyd, un afroamericano fallecido cuando un policía blanco de Minneapolis le puso la rodilla en el cuello a pesar de que estaba esposado y tendido en el suelo boca abajo.
El piloto dice sentir “mucha ira, tristeza e incredulidad ante lo que han visto mis ojos”.
“Los que somos negros, morenos o en el medio”, agregó, “lo vemos todos los días y no deberíamos sentir que nacimos culpables, que no es nuestro lugar, ni temer por nuestras vidas por el color de nuestra piel”.
En su cuenta de Instagram Hamilton criticó a los involucrados en la F1 que no denuncian el racismo. Dijo que “guardan silencio… en medio de las injusticias”.
“Ni una sola señal de nadie en mi actividad, que, por supuesto, es un deporte dominado por los blancos”, expresó el corredor, seis veces campeón mundial. “Soy la única persona de color y estoy solo”.
“Pensé que a esta altura ya habían visto por qué pasa esto y habrían dicho algo al respecto, pero no pueden apoyarnos. Nos vamos conociendo”.
Charles Leclerc, de Ferrari, respondió a esa arenga de Hamilton diciendo que se sintió “fuera de lugar, incómodo hablando de lo que pienso en las redes sociales” y que eso “estuvo muy mal”.
Hamilton es el único piloto de origen africano que ha corrido en la F1 y en el pasado ha hablado de la forma en que tuvo que luchar contra la adversidad para triunfar en un deporte que según él es para blancos privilegiados.
La F1 no pudo empezar la temporada todavía por el coronavirus. La primera carrera tendría lugar el 5 de julio en Austria.
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Tiempos de libertad y civilidad periodística…
El Santo Oficio
Ángel Miguel Blanco
massiosare@msn.com
Seamos honestos: mientras los periodistas no seamos honestos con nosotros mismos, la sociedad no volverá a creer en nosotros, mucho menos las instituciones y sus actores políticos nos restituirán el respeto perdido desde más de un par de décadas atrás.
Consciente estoy que este artículo llenará mi alforja de más ‘enemigos’ gremiales que odian mi estilo y perspectivas de ver el periodismo desde un ángulo imparcial y propositivo; empero, no lo hago para ofender a nadie, alguien tiene decir las cosas por su nombre, y aunque no seré yo, sí intentaré dar mi personal opinión de lo que todos sabemos ocurre en Guerrero con el gremio periodístico, exclusivamente, sin pretender denostar la lucha a favor de la presentación con vida de Jorge Torres, la cual avalo sin importar el trasfondo del asunto, pues al final de cuentas, nadie puede negar la trayectoria de Torres como periodista, antes que funcionario municipal o burócrata.
En el estricto punto de vista personal, considero loable la acción emprendida por muchos compañeros y organizaciones periodísticas que intentan hacer un buen simulacro de unidad para demandar la presentación de Jorge Torres Palacios, portavoz de la dirección general de Salud del municipio de Acapulco, plagiado el jueves (29 de mayo) en su propio domicilio; ¿pero es loable salir a las calles a elevar las voces de protesta y enjuiciar a un enemigo aliado (entienda quien pueda)?
No diré un solo nombre, pero como en muchos otros estados, los crímenes contra periodistas no han sido del todo producto del ejercicio periodístico. Debemos ser honestos para admitir este hecho.
En las filas del periodismo guerrerense existen muchos infiltrados del Cisen, de Inteligencia Militar, de Gobernación estatal y federal y hasta del crimen organizado que están al pendiente de nuestras acciones.
El mismo Gobierno del Estado presiona a sus voceros oficiales para que coaccionen conciencias periodísticas a fin de indagar las acciones de muchos periodistas ‘indisciplinados’. Este hecho lo digo con causa propia, si el Gobierno del Estado o cualquiera de sus testaferros tiene los testículos puestos en su lugar como para desmentirme, con gusto les acepto el reto.
A los periodistas de Acapulco, de Guerrero, nos pasó lo de «Pedro y el lobo»: ya nadie nos cree, muchos menos nos respetan.
Son contados los casos de periodistas a quienes el gobierno y la sociedad les reserva estos afectos altruistas, porque el resto o están al servicio de intereses oficiales (exclusivos del gobierno) o de la delincuencia organizada, digámoslo con mayúsculas y en negritas.
Y los que no pertenecen a ninguno de estos dos bandos, sencillamente utilizan el periodismo para llevar una doble vida que les ha ocasionado un sin fin de problemas, ajenos al periodismo, por supuesto.
En Guerrero han asesinado a periodistas con una ‘trayectoria inmaculada’, una ‘fama envidiable’ y un ‘estilo de vida’ inimaginable; muchos de los que se nos han adelantado en el llamado ‘viaje sin retorno’, sin embargo, jamás en su vida escribieron una protesta contra el gobierno, mucho menos quisieron ‘manchar’ su imagen ni sus relaciones afectuosas con el sistema apoyando a sus compañeros subyugados por el gobierno u otras instituciones dedicadas a perseguir, secuestrar y hasta asesinar a los auténticos periodistas que se ganan a pulso el título de periodistas, sino todo lo contrario: eligieron mantener incólumes su imagen de periodistas pulcros, intelectuales, de esos que se sienten ufanos de pertenecer a una élite aceptada por los gobernantes en turno y se codean con la clase política del momento y ostentan un estilo de vida propio de la realeza.
Pero absurdo, como parezca, no tardó en hacerse público que muchos de los homicidios de esos connotados periodistas no fueron sus acciones periodísticas las que les provocaron su desaparición forzada o muerte, sino el doble estilo de vida que llevaban, ‘envenenados’ por el estigma de la impunidad periodística.
A uno lo ordenó asesinar Arturo Beltrán Leyva, ex jefe del sanguinario Cártel de Los Beltrán Leyva –según sostuvo su ex cocinero personal–, a petición de una amiga de su hija –menor de edad, por cierto– que denunció el acoso y ultraje, a base de engaños, de un periodista que ejercía, a la vez, como catedrático.
Uno más fue ‘levantado’ por apropiarse de las cuotas del grupo para el cual fungía como ‘halcón’.
Dos más fueron víctima de crímenes pasionales… y así, sucesivamente.
En la actualidad, casi todo el gremio conoce las acciones de muchos compañeros que prestan sus servicios como ‘orejas’ o ‘halcones’ de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, el Ejército, las Fuerzas Armadas, Gobernación federal y estatal y/o el crimen organizado. ¡Pero nadie dice nada! Nadie hace algo por frenar a estos oportunistas del periodismo. Es más, algunas organizaciones, hasta los apapachan y los hacen miembros activos de sus organismos, equipándolos con charolas y hasta cargos administrativos. La Delegación 25 del Sindicato de Redactores de la Prensa (SNRP) es la más famosa por proteger y fomentar el periodismo pirata en Acapulco; empero, una sola agrupación no se salva del proteccionismo a periodistas apócrifos dedicados al chantaje y la extorsión, una vez encharolados, enchalecados y amparados bajo las siglas de Prensa.
E irónico, como parezca, las organizaciones que protegen a estos oportunistas, suelen ser las primeras rebasadas por la argucia de sus protegidos, al llegar estos a doblegar estos hasta políticos de primer nivel y gobernantes, tras de amenazarlos con exhibirlos y desprestigiarlos en las redes sociales que utilizan de fortaleza, a falta de medios propios para ejercer el periodismo. Por lo que es tarea de las mismas organizaciones periodísticas que simulan fomentar la unidad y la protección de los derechos de los periodistas quienes deben hacer más que una pantomima para ganarse la credibilidad del mismo gremio, no tanto de la sociedad ni de los gobernantes.
¿ALIADOS JUSTIFICADOS?
En contraparte, pareciera que solo en Guerrero la crisis económica es la única culpable de las desgracias de los periodistas, la única culpable de la desunión periodística, y la única culpable de la muerte de muchos periodistas, porque en estados violentos como Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua y Michoacán, los homicidios contra periodistas se han debido a su integridad y pasión periodística, salvo contados casos, como Acapulco.
Para muchos periodistas de Guerrero tolerar la crisis económica ha sido factor de venta de sus conciencias.
En Guerrero, hay periodistas que vende el alma hasta por 20 o 50 pesos.
En Guerrero se perdió la fe por el periodismo, el imparcial, independiente, crítico, principalmente.
En Guerrero se tiene que aceptar el chantaje, la coacción, el embute, para poder ser periodista. (Lamentable el hecho de que hasta en las universidades se imparta la Chayotología como asignatura obligada, como bien aciertan a revelar algunos egresados de las especialidades de las Ciencias de la Comunicación de la Loyola, la Americana y hasta el Hipócrates, donde los maestros de periodismo son connotados chayoteros y/o distinguidos periodistas al servicio de políticos del momento, famosos por su dotes corruptores de periodistas.)
Sí, lejos de la filosofía de Gabriel García Márquez, que muchos utilizan como bandera de presunción, al periodista guerrerense no le gusta «sufrir como perro», prefiere aceptar el título de «plumas prontas» otorgado por el ex gobernador Zeferino Torreblanca a los comunicadores dóciles y vendidos al mejor postor.
Muchos aceptan la vía fácil de depender del gobierno, quien por su fidelidad, docilidad y reptalismo, los premia con plazas fijas en ayuntamientos o dependencias estatales donde se convierten en parásitos del sistema, a la vez que ejercen el periodismo, exigiendo los mismos derechos que otros se ganan “sufriendo como perros”.
Y eso no se vale. Eso se condena.
No se vale vivir a expensas del gobierno y exigir trato preferencial como periodista.
Las organizaciones periodísticas de Guerrero y los mismos medios de comunicación debieran comenzar por fortificar los requisitos de quienes soliciten ser catalogados como periodistas, antes que montar simulacros contra la adversidad gubernamental y la utópica unidad periodística.
No se vale, para quienes corresponda, promover foros estatales a favor de la libertad de expresión y contra la represión gubernamental y solicitarle, al mismo tiempo, al ‘enemigo’ no solo patrocinar, sino apadrinar, dichos foros que han sido magnificados, más bien, como desahogos turísticos de quienes participan, pues a la luz de los hechos se desconocen las acciones a favor los periodistas.
Por si esto no bastara, dichos foros lejos de fomentar la depuración del gremio de oportunistas e impostores, ha servido para ejemplificar el cinismo con que se cobijan a los ‘enemigos de casa’ sin pudor ni remordimiento alguno. Es triste, decepcionante, ver a periodistas que se hacen acompañar de toda la familia, compadres y hasta los nietos, a convenciones que, supuestamente, son exclusivas de y para periodistas.
Mientras esto ocurra entre las propias organizaciones que fomentan el apadrinamiento de impostores del periodismo, ante la sociedad, ante las instituciones, ante el gobierno, los periodistas seremos los «pedros» que el lobo conservará como botanitas de entremés.
Mientras estas acciones ocurran en el seno del propio gremio periodístico, nuestras luchas, nuestras protestas, serán causa de risa para el gobierno y la misma sociedad.
Es tiempo de ser honestos con nosotros mismos.
Es tiempo de olvidarnos de los simulacros y las pantomimas.
Es tiempo de convocar a la unidad y el profesionalismo periodísticos.
Tiempo de depurar nuestro gremio, de blindar nuestras organizaciones, nuestro ejercicio, porque de ello depende no solo el respeto del gobierno, las instituciones y la sociedad, sino nuestro derecho a ser tratados como “periodistas”, en el estricto sentido de la palabra, y exigir nuestros derechos civiles y constitucionales con calidad moral.
Es tiempo de recobrar el valor civil para denunciar a los impostores; de unir fuerzas para defender a “los nuestros”, también en el estricto sentido de la palabra.
Es tiempo de que quienes añoren un estilo de vida lozano decidan de qué lado estar: de los que amamos «sufrir como perros» en nuestra profesión o la estabilidad económica, dependiente del servicio exclusivo y, a la vez, reptante del gobierno.
Es tiempo de definir, analizar, los términos de los beneficios correspondientes a los periodistas en activo y de los que deciden abandonar nuestras filas para convertirse en burócratas o alfiles del sistema, e insisten en ser tratados aún como periodistas al servicio de la libertad de expresión.
No, no es condenable aspirar a una mejor condición de vida.
A la filosofía de García Márquez, personalmente agregaría que «se puede vivir dignamente» aún “sufriendo como perro”.
Pero la dignidad tiene sus riesgos… y también muchas satisfacciones.
El secuestro y el homicidio de un periodista son condenables, pero más condenable aún es que sin haber «sufrido como perro» las adversidades del periodismo se pretenda hacerle creer a la sociedad que todas nuestras injusticias se deban al quehacer periodístico.
Honor a quien honor merece.
Nuestra solidaridad para los que sufren en carne propia un atentado como el de Jorge Torres Palacios, vocero de la dirección de Salud por segunda ocasión consecutiva en una administración municipal, excelente amigo, trascendental periodista, ‘levantado’ en su domicilio (el pasado jueves 29 de mayo) por un misterioso comando de 12 hombres armados que sin explicación alguna lo mantiene cautivo sin explicación alguna.
Sabemos a qué sabe y cómo duele un plagio, una desaparición forzada, un atentado de esta índole.
Ojalá no nos equivoquemos, como en ocasiones anteriores de los casos ya citados.
En el caso particular, protestemos, indignémonos, pero sin prejuicios; dejemos que las investigaciones hagan lo suyo, luego enjuiciemos.
Que Dios proteja la vida de nuestro compañero y amigo.
Que Dios nos ilumine y nos restituya el valor y la pasión por el periodismo y emprendamos una nueva lucha no contra nuestros aliados enemigos, sino contra los oportunistas e impostores que nos asechan en nuestras propias filas, vendiendo información de nuestras actividades a quienes, lamentablemente, se carcajean de nuestras luchas y simulacros en pro de nuestras garantías universales y la libertad de expresión, y de paso, hasta patrocinan y apadrinan nuestras supuestas luchas contra los embates de ellos mismos.
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Pobreza y mujer marcan discurso de Elena Poniatowska
] MADRID * 23 de abril de 2014.
La escritora mexicana Elena Poniatowska recibió este miércoles el Premio Cervantes de Literatura 2013, máximo galardón de las letras españolas, con un discurso repleto de menciones a las mujeres, la pobreza y la inmigración.
Poniatowska, de 82 años, y que se autodefinió como una «Sancho Panza femenina», tuvo varias palabras de recuerdo para los escritores fallecidos Gabriel García Márquez y para su compatriota y también galardonado con el Cervantes José Emilio Pacheco.
«Soy la cuarta mujer en recibir el premio Cervantes creado en 1976. Los hombres son 35», arrancó Poniatowska tras saludar a las autoridades presentes, entre ellos el rey Juan Carlos; el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o el ministro de Cultura, José Ignacio Wert.
Poniatowska nació en París en 1932, de padre francés de origen polaco y madre mexicana. Además de periodista, es autora de cuentos, teatro, novelas y poesía que recogen como constante la presencia de la mujer, las luchas sociales y la ciudad de México.
«Mi madre nunca supo qué país me había regalado cuando llegamos a México en 1942», rememoró durante la ceremonia celebrada en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. «Mi hermana Kitzia y yo fuimos niñas francesas con apellido polaco (…) Desde entonces vivimos transfiguradas».
La escritora, que dijo haber aprendido el español en la calle «con los gritos de los pregoneros», aseguró que descubrió su nuevo país gracias «a los mexicanos que andan en la calle».
«La certeza de Francia y su afán por tener siempre la razón palidecieron al lado de la humildad de los mexicanos más pobres, descalzos caminaban bajo su sombrero o su rebozo, se escondían para que no se les viera la vergüenza en los ojos», dijo la autora, vestida con un traje tradicional mexicano rojo y amarillo.
«CRONISTA IMPULSIVA»
Es autora de más de 40 libros, entre los que destaca «La noche de Tlatelolco», publicada en 1971 y considerada la mejor crónica sobre un extendido movimiento estudiantil que culminó en una matanza en la Ciudad de México por parte de las fuerzas del Estado en 1968.
Vinculada con partidos de izquierdas, se dio a conocer a los 21 años en el diario «Excélsior» como autora de un nuevo periodismo que mezclaba literatura e información. En la actualidad continúa trabajando para el periódico «La jornada».
«(Soy) una escritora que no puede hablar de molinos porque ya no los hay y en cambio lo hace de los andariegos comunes y corrientes que cargan su bolsa del mandado, su pico o su pala, duermen a la buena ventura y confían en una cronista impulsiva que retiene lo que le cuentan», sostuvo.
Poniatowska, que también es autora de «Hasta no verte Jesús mío» o «La piel del cielo», mencionó también en su discurso a dos mujeres asesinadas en Ciudad Juárez a primeros de abril.
«Todavía hoy se mercan las tripas femeninas», afirmó.
El premio Cervantes, dotado con 125.000 euros y que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte entrega cada año, alterna tradicionalmente entre escritores españoles y latinoamericanos en una ley no escrita.
El galardón se entrega todos los 23 de abril, aniversario de la muerte del emblemático autor español Miguel de Cervantes.
Se concedió por primera vez en 1976 al poeta Jorge Guillén y ha tenido entre sus ganadores al argentino Jorge Luis Borges, el cubano Guillermo Cabrera Infante o el peruano Mario Vargas Llosa y los españoles Francisco Umbral, José Hierro, Camilo José Cela, Francisco Ayala o Miguel Delibes, entre otros.
] Reuters
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Flores, vallenatos y música para despedir a Gabo
20 de abril de 2014
] CD. MÉXICO
México despide este lunes a Gabriel García Márquez, fallecido el jueves en esta capital, con un homenaje abierto a todos sus admiradores y que incluirá compases de Bartók y vallenatos, así como las flores amarillas a las que era aficionado.
Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de México, Enrique Peña Nieto, estarán presentes en el acto que se desarrollará en el Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México, a partir de las 16.00 horas.
Ese palacio, en el centro histórico de Ciudad de México, uno de los principales lugares turísticos de esta capital, ha servido de escenario para despedir a diferentes personalidades de las artes, nacidas aquí o que eligieron México para radicarse.
El escritor Carlos Fuentes, una de las principales glorias literarias de México, fue homenajeado en el Palacio de Bellas Artes el 16 de mayo del 2012, en un acto al que asistió el presidente mexicano de entonces, Felipe Calderón.
También fue el lugar elegido para despedir al premio Nobel de Literatura Octavio Paz, cuando murió en 1998, y recientemente allí mismo se lo recordó de nuevo al cumplirse el centenario de su nacimiento.
Al actor Mario Moreno «Cantinflas» lo lloraron los mexicanos en el Palacio de Bellas Artes cuando falleció en 1993, y también fue despedida allí la cantante Chavela Vargas, costarricense de origen y que vivió ocho décadas en México, hasta su muerte en 2012.
Según la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, las cenizas de Gabo serán depositadas en el vestíbulo del palacio a primera hora de la tarde, y estarán allí durante tres horas.
Después de visitar anoche a la viuda de García Márquez, Mercedes Barcha, García Cepeda dijo que también dará un mensaje el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, la máxima autoridad cultural de México.
La directora del INBA señaló que los compases del húngaro Béla Bartók se unirán a los ritmos del vallenato, como homenaje a un hombre que, según sus amigos, era fanático de la música y a quien le gustaba cantar y bailar cuando encontraba ocasión.
También habrá flores amarillas, las preferidas por el autor de «Relato de un náufrago» y que solía utilizar para adornar su solapa cuando aparecía públicamente en ocasiones como la fecha de su cumpleaños, el 6 de marzo.
Aparte de Santos no se ha dado a conocer qué otras personalidades estarán presentes en los actos de mañana.
No está totalmente confirmado qué pasará con las cenizas de García Márquez. El pasado viernes, el embajador de Colombia en México, José Gabriel Ortiz, dijo que la intención es que se dividan entre los dos países.
Pero después de hablar con la viuda de Gabo, Mercedes Barcha, declaró a los periodistas que, en todo caso, será la familia la que finalmente decidirá cómo y dónde descansarán los restos.
García Márquez nunca perdió su nacionalidad colombiana, a pesar de los ofrecimientos que siempre se le hizo en México para que se naturalizara aquí.
La familia tendrá que decir también qué pasará con una obra que estaba escribiendo García Márquez, «En agosto nos vemos», según dijo en declaraciones reproducidas hoy por la prensa local Cristóbal Pera, de la editorial Random House.
Pera no dio detalles sobre esa obra, en la que al parecer estaba trabajando el premio Nobel en la última etapa de su vida.
Según se anunció desde Bogotá, después del homenaje que se le brindará en México, Colombia hará otro, el martes, en la Catedral Primada de la capital, en un acto encabezado por el presidente Santos.
] Agencias
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