Instituto para No Quitarle al Pueblo lo que ya Tenía
PAMELA CERDEIRA
] El Economista.
Lamento que el nombre sea tan rimbombante, pero no puedo imaginar administración más generosa que la actual para crear un instituto de tal importancia, por lo tanto, necesita un nombre acorde a estos tiempos. Es urgente crear el Instituto para no Quitarle al Pueblo lo que ya Tenía (Inpanoqapuloqt), y quiero explicar por qué.
Verán, la clase política, y seguramente cualquier ser humano preocupado por perpetuarse en el poder y ansioso por consentir a su vulnerable ego, se comporta como buen mamífero: marcando su territorio. Abrir Los Pinos, cambiar el logo de la administración, modificar la cromática de los taxis, cambiarle el nombre de las secretarías, las patrullas con otro color: son todos actos de territorialidad. Los perros, gatos, leones y otros mamíferos marcan su territorio con orina, así cuando un perro huele un poste, sabe que otro perro pasó antes por ahí, y cuando orina encima, habrá dejado su huella. No sería muy civilizado que las personas fuéramos por la vida orinándonos sobre todo aquello de lo que nos queremos apropiar o refundar, pero simbólicamente algunas de las acciones para destruir todo lo que hizo en el antecesor son incluso más agresivas y perjudiciales, ni se diga caras.
Si tenemos claro que la necesidad de reinventar el país cada seis años no escapa a nadie que asuma el poder, es importante crear un organismo apolítico que defina qué planes deben protegerse, cuáles mejorarse, y cuáles de plano destruirse. Sólo así podemos pensar en construir un México con miras a los próximos 100 años, no sólo a los siguientes seis, como lo hemos estado haciendo desde siempre.
Si tuviéramos el Instituto para no Quitarle al Pueblo lo que ya Tenía, éste podría decidir con base en información técnica y económica si es mejor terminar de construir el NAIM o convertirlo en parque, independientemente de todo interés político. El instituto no tomaría en cuenta si hubo corrupción en los contratos o los terrenos aledaños fueron comprados para beneficio de unos cuantos, porque eso es trabajo de la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación y hasta la Fiscalía. El honorable Inpanoqapuloqt habría decidido si el programa de Estancias Infantiles tendría que haberse mantenido gracias a sus resultados, por lo tanto, su permanencia no habría estado a expensas de funcionarios que creen que las abuelitas deben dedicarse a cuidar a sus nietos, y que asumen que todos tienen abuela. Es más, estoy segura de que el Inpanoqapuloqt sería un férreo defensor del programa de pensiones para adultos mayores. El Inpanoqapuloqt sabría que todo nuevo programa social debe empezar con una prueba piloto que permita medir su efectividad y así poder decidir si hay ajustes que hacerle o incluso si vale o no la pena aplicarlo en todo el país. Es más, podrían crearse Inpanoqapuloqt locales, el Instituto Local para no Quitarle al Pueblo lo que ya Tenía (Inlopanoqapuloqt) velaría por los proyectos de construcción de los estados y ciudades a largo plazo.
Sé que estamos en tiempos de austeridad, no se preocupen, el Inpanoqapuloqt nos ahorraría miles de millones de pesos.
Sobre este tema sólo tengo una pregunta, ¿existirá el o la valiente que quiera tanto a México como para construir una correa tan fuerte que no le permita orinarse donde le venga en gana?
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