México pide a OEA evitar injerencias en asuntos internos de Bolivia
CIUDAD DE MÉXICO * 17 de marzo de 2021.
] Efe.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) pidió este miércoles a la Organización de los Estados Americanos (OEA) que evite injerencias en los asuntos internos de Bolivia tras la detención de Jeanine Áñez, y que se apegue a “su misión de fomentar el diálogo, el consenso y la solución pacífica de las controversias”.
“La Secretaría General debe atender la naturaleza colegiada de su mandato y, en concordancia con el derecho internacional, no debe intervenir en los asuntos internos de los Estados miembros de la OEA”, recordó México en un comunicado.
El reclamo mexicano sucedió en respuesta al pronunciamiento de la Secretaría General de la OEA que aseguraba tras la detención de la expresidenta interina Jeanine Áñez que los mecanismos judiciales bolivianos “nuevamente se han transformado en instrumentos represivos del partido de Gobierno”.
Otras organizaciones como Human Rights Watch denunciaron que las acusaciones de terrorismo contra Áñez “generan fundadas dudas de que se trata de un proceso basado en móviles políticos”, después de que la señalada presidiera el país tras el golpe al Gobierno de Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), partido que volvió al Ejecutivo tras unas elecciones democráticas.
La OEA reiteró en su comunicado que “persisten los informes según los cuales las injerencias políticas y corrupción en el sistema judicial son generalizadas” en Bolivia, y que esa situación se ha agravado afectando “sustantivamente la credibilidad de los procesos en curso” bajo el actual Gobierno del MAS, encabezado por Luis Arce.
Ante estas declaraciones, México llamó a la OEA a “evitar confrontarse con un Gobierno electo democráticamente como lo es el de Bolivia” y consideró que el comunicado con las acusaciones al país andino “sienta un peligroso precedente para una organización creada con el propósito de buscar el consenso”.
“En concordancia con el principio de no intervención, el Gobierno de México exhorta a la Secretaría General de la OEA a retomar su papel en el entramado interamericano. Está en el interés de la estabilidad regional que la OEA actúe dentro de su propio marco institucional en esta y en futuras situaciones”, zanjó el país norteamericano.
El actual Gobierno mexicano, presidido por Andrés Manuel López Obrador, guarda afinidad con el MAS y sus dirigentes e incluso asiló políticamente al expresidente Evo Morales tras el golpe que le hizo dejar la dirigencia de su país en noviembre de 2019.
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Caos y violencia en Bolivia para proscribir al partido de Evo Morales
] LA PAZ. * 10 de agosto de 2020.
| AP.
Bolivia está envuelta en un caos político y social que incluye protestas masivas, bloqueos en carreteras, represiones policiales, desalojos con armas y una creciente presencia de grupos paramilitares. De fondo, el retraso en celebrar las elecciones con las que debería recuperar el sistema democrático que perdió el año pasado y los intentos de proscripción del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del derrocado expresidente Evo Morales.
Las voces más alarmistas advierten incluso del peligro de que estalle una guerra civil ante la creciente tensión entre los simpatizantes del MAS y los sectores de ultraderecha afines a la presidenta de facto, Jeanine Áñez, y a otros candidatos presidenciales.
El fin de semana recrudecieron los enfrentamientos, algunos de ellos armados, entre fuerzas de seguridad y grupos de choque contra las organizaciones aglutinadas en la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad, que el lunes pasado comenzaron una serie de movilizaciones para protestar por la postergación de las elecciones del 6 de septiembre al 18 de octubre.
La justificación del gobierno y de las autoridades electorales para cambiar la fecha fue que no se puede exponer a la ciudadanía a cumplir con una jornada electoral que propagaría todavía más una pandemia que hasta ahora ha dejado un saldo de 89.999 contagios y 3.640 muertes.
Desde el masismo, sin embargo, consideran que esto es solo un pretexto de sus rivales para ganar tiempo, ya que están realizando una serie de maniobras para impedir la postulación de Luis Arce, el candidato presidencial del MAS que, de acuerdo con las encuestas, encabeza la intención de voto.
Además de marchas y actos masivos, los grupos masistas, entre los que se incluyen la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia-Bartolina Sisa, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y organizaciones universitarias y vecinales, se apostaron de manera permanente en rutas a lo largo del país con el fin de presionar al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para que mantenga la agenda electoral y los comicios se realicen el próximo mes.
Amenazas y represiones
Hasta el domingo, la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) había reportado 77 bloqueos en carreteras, principalmente en Cochabamba, Oruro, La Paz y Potosí. En varios de esos cortes llegaron grupos que intentaron desalojar a los manifestantes.
Uno de los casos más graves se registró en la localidad de Santa Rosa, ubicada en el departamento de Santa Cruz, que tradicionalmente ha sido opositor al MAS, en donde la Defensoría del Pueblo confirmó que hubo por lo menos tres heridos de bala.
En la Plaza Abaroa, en el centro de la Paz, cientos de encapuchados amenazaron con sacar por la fuerza a los manifestantes que permanecen frente al Tribunal Supremo Electoral. Las organizaciones denunciaron, además, que en varios bloqueos hubo represiones policiales con gases lacrimógenos y detenciones injustificadas, y que se multiplicó la presión por parte de grupos paramilitares que llegaron armados a las protestas para amedrentarlos.
Ante las denuncias de violencia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya le exigió a Áñez que garantice el diálogo con todos los actores involucrados y asegure el ejercicio del derecho de reunión y de protesta pacífica y el respeto a los derechos humanos.
El expresidente Morales, quien a pesar de estar refugiado en Argentina sigue teniendo un papel central en la política boliviana, ya advirtió que se corre el peligro de que la violencia derive en pérdida de vidas humanas, además de que denunció que hay intentos de un nuevo golpe de Estado para evitar las elecciones e instalar un gobierno conformado por civiles y militares.
«Denunciamos ante los organismos internacionales de Derechos Humanos que grupos paramilitares, organizados, financiados y que actúan en coordinación con el gobierno de facto, están cometiendo actos de violencia en Boliva con gravísimas consecuencias humanas», escribió en redes sociales.
Agregó que «en medio de la violencia que alientan grupos de choque del gobierno de facto, se producen nuevos actos de racismo y de discriminación» en contra del movimiento indígena: «Repudiamos las agresiones racistas que sufren hermanas de pollera, hermanos indígenas y campesinos».
Para enrarecer aún más el ambiente, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, amenazó con operativos de desalojo y con denuncias penales en contra de funcionarios y dirigentes políticos que están organizando o apoyando los bloqueos, ya que los acusó de delitos contra la salud pública porque con los cortes de rutas se impide el paso de insumos sanitarios en plena pandemia, lo que es negado por el MAS con fotos y videos que demuestran que se permite el paso a ambulancias y proveedores de hospitales.
Gobierno deslegitimado
La crisis escaló a tal nivel que la propia Áñez convocó el fin de semana a líderes políticos a participar en los ‘Diálogos por la salud’ para evaluar la manera de resolver la crisis política que está escalando cada vez mas.
Aunque abundaron las previsibles críticas al MAS por movilizarse en medio de la emergencia sanitaria, también hubo duros cuestionamientos a la presidenta de facto por parte de Sergio Tarqui, candidato a vicepresidente de Acción Democrática Nacionalista, y Ruth Nina, candidata presidencial del Partido de Acción Nacional Boliviano, quienes le pidieron a Áñez que renuncie a su postulación a la Presidencia.
«El pueblo dice que la señora Jeanine Áñez deje su candidatura y gobierne, así van a ser creíbles sus medidas», dijo Tarqui.
«Usted debe elegir entre pacificar o convulsionar el país. Pacificar implica ser solo presidenta, y convulsionarlo es seguir de candidata. El pueblo también exige su renuncia, pero es decisión suya», aseguró Nina.
El reclamo se debe a que el pasado 12 de noviembre, cuando Áñez se autoproclamó como presidenta después del golpe de Estado contra Evo Morales, aseguró que solo permanecería algunas semanas en el cargo y que no se postularía a la Presidencia, pero incumplió ambas promesas y si las elecciones se realizan en octubre, cumplirá casi un año en un puesto para el que ningún boliviano la votó.
En principio, las elecciones presidenciales se iban a realizar el 3 de mayo, pero se pospusieron de forma indefinida por la pandemia hasta que, por acuerdo de la mayoría de los partidos, se reagendaron para el 6 de septiembre, pese a la inconformidad de Áñez.
En ese lapso, el gobierno de facto y los políticos antimasistas intentaron que se le negara el registro al MAS y a su candidato.
La última maniobra es acusarlo de cometer un delito electoral al haber dado a conocer los resultados de una de las encuestas que confirma que encabeza la intención de voto con los niveles suficientes para pensar que puede ganar en primera vuelta. El candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, avanza en segundo lugar, mientras que Áñez está en una lejana tercera posición debido a su escasa popularidad, que se ha deteriorado todavía más por su manejo de la pandemia.
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#MAS, de Evo Morales, rechaza observadores de OEA en elecciones
] LA PAZ. * 9 de julio de 2020.
| Efe.
El Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales expresó este jueves su rechazo a una posible presencia de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) en las elecciones en Bolivia, al considerar a este organismo «parte y cómplice del golpe a la democracia» en los comicios de octubre de 2019, luego anulados.
«Rechaza la presencia de estas personas en Bolivia debido a que la OEA basó su informe en los datos no oficiales ni formales del Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares de las anuladas elecciones de octubre», señaló el MAS en un comunicado.
Ese informe concluyó que en esos comicios hubo «graves irregularidades» y una «manipulación dolosa» en los resultados.
El partido de Morales, que había sido declarado vencedor en esas elecciones, considera que la OEA realizó «un trabajo parcializado y subjetivo que dio lugar a la duda y violencia».
Los comicios desembocaron en una de las crisis políticas y sociales más graves de la historia reciente del país, con episodios violentos con al menos 36 muertos y más de 800 heridos según la Defensoría del Pueblo de Bolivia, algunos de ellos calificados de «masacres» por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la muerte de civiles por disparos en operativos militares y policiales.
El MAS atribuyó esa violencia a “sectores racistas que se aglutinaron en grupos paramilitares, supuestos cívicos y políticos, de ideología conservadora y neoliberal”.
Evo Morales, que dirige desde Argentina la campaña electoral del MAS, ha denunciado que fue obligado a dejar el poder por un supuesto golpe de Estado de fuerzas que no toleraban un dirigente indígena como él.
EL MAS DENUNCIA QUE LA OEA ES IMPARCIAL
La OEA «se extralimitó y no respetó los códigos de ética de un organismo internacional, por haber emitido criterios anticipados con tinte político, lo que puso en evidencia que no es imparcial», según la nota.
El MAS denunció una «injusta persecución extrajudicial por parte del gobierno golpista”, como califica al Ejecutivo transitorio de Jeanine Áñez, al que acusa de una supuesta injerencia en la Justicia para perseguir a miembros del partido.
Entre ellos el propio Morales, a quien la Fiscalía pide que sea aprehendido por supuesto terrorismo, y su candidato electoral, Luis Arce, que enfrenta distintas acusaciones por casos de presunta corrupción cuando era ministro.
«Ninguna instancia competente de Bolivia ha demostrado el supuesto fraude electoral de 2019 que argumenta hasta hoy la OEA y al contrario existen otros seis informes de reconocidas instituciones y medios internacionales que rechazan y desmienten el reporte del organismo multilateral por tener contradicciones en sus mismos datos», subraya el comunicado.
La investigación judicial en Bolivia por el supuesto fraude sigue en proceso, con varios miembros del anterior órgano electoral imputados, mientras que estudios de distintas entidades de América Latina y publicados en medios de Estados Unidos mantienen que Morales pudo ganar lícitamente.
«La presencia de personeros de la OEA en Bolivia será tomada como una provocación al pueblo y por eso exhorta a ese organismo internacional (…) a desistir de sus oscuros intereses, dejando que otras instituciones internacionales que trabajan por el bien común y el cuidado de las democracias acompañen a la ciudadanía», concluye el comunicado.
Las misiones de observación de la OEA en elecciones son frecuentes desde hace décadas en América Latina, sin que por ahora se haya anunciado una expresamente para los comicios del 6 de septiembre en Bolivia.
Los observadores electorales tuvieron un papel destacado en los comicios de octubre, luego anulados entre denuncias de fraude a favor de Morales, que había sido declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
El pasado noviembre, en el día que la OEA avanzó las conclusiones de su informe, Morales anunció su renuncia denunciando que era forzado por un golpe de Estado en medio de presiones de militares y policías, entre otras, para privarlo de su nueva victoria electoral y derrocarlo tras casi catorce años en el poder.
Bolivia tiene que elegir presidente, vicepresidente, diputados y senadores en los comicios para los que concurren ocho candidaturas.
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