No necesitamos prolongar la vida, sino la calidad de vida | Michael Hall
BILBAO, España. * 21 de septiembre de 2021.
) Efe.
El bioquímico estadounidense Michael Hall, que se encuentra en España para recibir un destacado premio de investigación, ha considerado que no se necesita una «prolongación de la vida» de las personas, sino de la «calidad de vida»
Hall, cuyas investigaciones están parcialmente relacionadas con el envejecimiento, recibe este martes uno de los premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, de las principales entidades bancarias españolas.
Michael Hall y el también investigador estadounidense David Sabatini han sido distinguidos con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biología y Biomedicina por descubrir el mecanismo molecular que regula el crecimiento de las células y juega un papel central en la fisiología del organismo, el metabolismo, el cáncer y el envejecimiento.
El trabajo de ambos galardonados puede considerarse complementario. Hall descubrió la proteína (TOR) que regula el crecimiento en células de levadura en 1991, y Sabatini la aisló en mamíferos en 1994, y la denominó mTOR.
Michael N. Hall (San Juan, Puerto Rico, Estados Unidos, 1953), catedrático de Bioquímica desde 1992 en el Biozentrum de la Universidad de Basilea, en Suiza, explica de forma sencilla que la vía molecular mTOR «se activa cuando comemos», para regular el crecimiento celular, y «se apaga cuando terminamos de comer».
Las disfunciones de mTOR derivan en diversas enfermedades, y los investigadores descubrieron que el fármaco rapamicina es eficaz para corregir el mal funcionamiento de esas proteínas y tratar enfermedades como el cáncer o la diabetes.
En una entrevista con Efe, Hall ha explicado que, 30 años después de haber iniciado las investigaciones sobre mTOR, ahora el trabajo está dirigido a intentar comprender mejor «cómo esta proteína se corrompe para causar enfermedades».
Ha detallado que la rapamicina se está utilizando en las clínicas desde hace años para tratar diversos tipos de cáncer, para suprimir el sistema inmunológico en pacientes que han recibido un trasplante de órganos y en enfermedades cardiovasculares.
El profesor Hall ha indicado que la rapamicina funciona bien como inmunodepresor y tiene uso clínico desde hace casi 20 años, aunque ha precisado que contra el cáncer -se comenzó a emplear hace unos 10 años- se utiliza «pero no es tan eficaz como creíamos que iba a ser».
«El problema -ha explicado- es que los medicamentos en general contra el cáncer no funcionan muy bien. La razón es que el cáncer es una enfermedad muy diferente de otras y el tumor logra hacerse resistente al medicamento y hay que cambiar el medicamento».
«No sé si vamos a lograr curar muchos cánceres, pero vamos a lograr encontrar tratamientos crónicos, para hacer una enfermedad crónica, pero quizás no curar», ha añadido el bioquímico.
Ha subrayado que «casi todas las grandes compañías farmacéuticas tienen programas donde están investigando nuevos fármacos para el cáncer con la vía TOR como blanco, como diana terapéutica».
Michael Hall ha indicado que la vía mTOR también está relacionada con el envejecimiento. En este caso se han hecho ensayos en levadura y en animales, pero no se han hecho con seres humanos.
Sobre si una persona puede «cuidar» de forma natural su sistema de proteínas TOR, el bioquímico ha señalado que se sabe que «la restricción calórica prolonga la vida» y «mucha gente come menos para prolongar la vida».
Cree que la restricción de calorías «funciona», aunque no considera que «debemos pasar una semana entera son comer», sino hacer un ayuno controlado, que él mismo practica «un poquito». «Por ejemplo, yo no desayuno», ha confesado.
Ha puntualizado que la rapamicina «inhibe o apaga» las proteínas TOR, y que la restricción calórica «tiene el mismo efecto». «La rapamicina engaña a la célula al creer que no hay alimento, y eso es lo mismo que la restricción calórica». Hall, en todo caso, desaconseja que las personas tomen rapamicina para este fin.
No obstante, Hall no cree que las personas necesiten una «prolongación de vida», sino que «lo que necesitamos es una prolongación de la calidad de vida».
«Lo mejor seria que la muerte llegue digamos a los 85 años, pero que lleguemos a esta edad perfectamente sanos. Gastamos muchísimo dinero en terapia o tratando las enfermedades asociadas al envejecimiento. Si pudiéramos eliminar todo esto sería un milagro», ha agregado.
Tres décadas después de su descubrimiento, las investigaciones se dirigen ahora a «entender cómo se corrompe la vía TOR para causar estas enfermedades».
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