Hipótesis, presunciones y versiones noticiosas extraoficiales
Con todo respeto…
La ironía y el sarcasmo son parte de los estilos periodísticos. Los utiliza El Brujo Chiripero, el sitio web El Deforma y otros medios (periódicos y revistas) de prestigio o de circulación nacional e internacional como retórica noticiosa, pero en el periodismo moderno debieran ser letra muerta las sospechas, las presunciones, los «dimes y diretes».
El periodismo moderno es de hechos y realidades, de fundamentos y sustentos. Lamentablemente, la disputa por el ‘rating’ periodístico ha desatado una guerra sin tregua por ver quién se lleva la exclusiva o la primera noticia aunque sea mentira o carezca de fundamentos o simplemente porque se le debe colgar «cascabeles» a alguien para que la chusma trolera que pulula en internet y las redes sociales despedace a los actores sociales o políticos inmiscuidos en una noticia basada en supuestos, presunciones o inventos mórbidos.
Los hechos noticiosos extraoficiales solo debieran divulgarse cuando la autoridad investigadora los hace públicos. Así, toda responsabilidad de falsedad o verdad recaerá en alguien, no en el periodista, no en el medio que la difunde.
En contraparte, el periodista interesado en darle seguimiento a las hipótesis, las presunciones o las noticias extraoficiales, debiera darse tiempo para investigar los hechos, luego publicar los resultados a nombre del medio que representa o a título propio en una columna o artículo de su autoría, donde tanto su nombre y prestigio serían suficientes para respaldar lo publicado.
Todo lo demás que circula en redes e internet, sin autores reales ni fundamentos, plagado de «dicen» y «asegunes», debe asumirse como tal: basura, falsedades mórbidas o lectura de pérdida de tiempo.
Hablo de las noticias que incendian las redes sociales vinculando con sospechas y presunciones a políticos de casi todos los partidos con el crimen organizado y el narcotráfico.
El perdón por estas aberraciones noticiosas solo es posible para los ‘troles’ u ociosos que difunden estos hechos mórbidos e infundamentados en las redes sociales, pero no para periodistas obligados a investigar y difundir la verdad con valor. dignidad, honor y responsabilidad.
Todo artículo, noticia o versión sin créditos reales, sencillamente es basura. Y discernir una verdad o una mentira es fácil: solo los lectores con criterio y raciocinio distinguen entre ficción y realidad.
Cuando se tiene la verdad, se vierte, se publica, no se esconde y se vierte a cuentagotas.
Solo las tangas y las minifaldes tienen derecho a esconder o insinuar sus «intenciones», los verdaderos periodistas no, los periodistas sin ‘comillas’ hablan o callan, no difunden sospechas o rumores exponiendo su prestigio. Los periodistas sin comillas utilizan fuentes, hechos, referencias. Los periodistas sin comillas, al igual que los tiburones y sus afiladas dentaduras, jamás se andan con «mamadas».
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