Biden y AMLO abren con brusquedad sus reuniones en México
CIUDAD DE MÉXICO * 9 de enero de 2022.
) AP
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador desafió a su par estadounidense Joe Biden a poner fin a una actitud de “abandono” y “desprecio” por América Latina y el Caribe cuando los dos líderes se reunieron el lunes, lo que dio lugar a una brusca apertura de una cumbre de líderes norteamericanos.
Los comentarios contrastaron con la muestra pública de afecto entre López Obrador y Biden poco antes, cuando sonrieron, se abrazaron y se dieron la mano para las cámaras. Pero una vez que los dos se sentaron en una sala del Palacio Nacional, flanqueados por delegaciones de altos funcionarios, las viejas tensiones no tardaron en salir a la superficie.
López Obrador desafió a Biden a mejorar la situación en toda la región y le dijo que “tiene la llave para abrir y mejorar sustancialmente las relaciones entre todos los países del continente americano”.
“Este es el momento de terminar con ese olvido, ese abandono, ese desdén hacia América Latina y el Caribe”, agregó.
Biden respondió defendiendo los miles de millones de dólares que Estados Unidos ha gastado en los últimos quince años en ayuda exterior en todo el mundo, y dijo que “lamentablemente, nuestra responsabilidad no termina en el hemisferio occidental”.
Si bien ambos gobernantes se comprometieron a trabajar juntos, fue un intercambio notablemente agudo ante los periodistas. No estaba claro si el estado de ánimo mejoraría más tarde en la noche cuando Biden y López Obrador iban a cenar con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y sus esposas.
La mayor parte del trabajo de la cumbre se manejará el martes, cuando los tres líderes sostendrán nuevamente conversaciones.
La reunión se lleva a cabo de forma anual, aunque hubo una interrupción mientras Donald Trump era presidente de Estados Unidos. A menudo se la llama la “cumbre de los tres amigos”, una referencia a los profundos lazos diplomáticos y económicos entre los tres países norteamericanos, pero han surgido nuevas tensiones.
Las tres naciones se esfuerzan por gestionar el movimiento de personas hacia Norteamérica y por acabar con los contrabandistas de personas que se lucran persuadiendo a los migrantes para que realicen el peligroso viaje a Estados Unidos.
Además, Canadá y Estados Unidos acusan a López Obrador de violar un acuerdo de libre comercio al favorecer en materia energética a la empresa estatal mexicana frente a las centrales eléctricas construidas por inversores extranjeros y privados. Mientras tanto, a Trudeau y a López Obrador les preocupan los esfuerzos de Biden por impulsar la producción nacional, lo que genera inquietud por la posibilidad de que los vecinos estadounidenses se queden atrás.
Biden y López Obrador tampoco se han llevado especialmente bien en los últimos dos años. El mandatario mexicano no oculta su admiración por Trump y el año pasado faltó a una cumbre en Los Ángeles porque Biden no invitó a los gobernantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Sin embargo, ha habido intentos de descongelar la relación. Biden se esforzó por volar al nuevo aeropuerto internacional Felipe Ángeles, un proyecto muy apreciado por el presidente mexicano pese a ser fuente de polémica.
El aeropuerto, que se espera que cueste 4.100 millones de dólares cuando esté terminado, está a más de una hora en auto del norte al centro de la ciudad, tiene pocos vuelos y hasta hace poco carecía de agua potable. Sin embargo, es uno de los proyectos claves que López Obrador se apresura a concluir antes de que termine su mandato el año que viene, junto con una refinería, un tren turístico en la península de Yucatán y un tren que una los puertos marítimos de la costa del Golfo y del Pacífico.
El tono de la tarde contrastó con la cordialidad mantenida durante la mañana, con puntos coincidentes sobre todo en materia migratoria.
Biden, el primer jefe de la Casa Blanca que visita México en casi una década, aterrizó en la capital el domingo por la noche y fue recibido por su par mexicano. Luego se subieron a la “Bestia” para cruzar la Ciudad de México hasta al lugar donde pernotaría Biden. Esa conversación fue el primer contacto privado y directo de los mandatarios, dos políticos que necesitan entenderse pero que tienen distintas visiones y prioridades.
“Hablamos en muy buenos términos”, dijo el mexicano en su conferencia matutina del lunes. “Platicamos sobre temas que vamos a tratar en la reunión de hoy”, agregó.
Además de migración, López Obrador dijo que hablaron del desarrollo y la integración no sólo de América del Norte sino de todo el continente, tanto en lo económico como en lo social.
“Que se logre la unión entre todos los países del continente americano, que podamos complementarnos, porque es el continente con más potencial, con más recursos”, afirmó.
Según el mexicano no se trató la reciente detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del encarcelado narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, ex líder del Cártel de Sinaloa, aunque su captura fue vista por diversos analistas como un regalo previo a la visita, lo que el mexicano consideró una “falta de respeto” hacia quienes llevaron a cabo la acción y los 10 militares que perdieron la vida.
Antes de la cita en la capital mexicana Biden anunció un importante cambio en la política fronteriza y el sábado pasó cuatro horas en El Paso, Texas, su primer viaje a la frontera como presidente.
Según el acuerdo del fin de semana, que contó con el beneplácito del gobierno mexicano, México aceptó recibir cada mes a 30.000 cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos devueltos desde Estados Unidos y a cambio Washington ofrecerá cada mes visas temporales de trabajo al mismo número de personas de esas cuatro nacionalidades si cumplen con ciertos requisitos, como llegar en avión.
“Apoyamos todas estas medidas de dar opciones, dar alternativas”, agregó López Obrador. “Si esto se consolida, va a generar una esperanza en la gente que quiere salir” de sus países. En su opinión, podría ser “un inicio” para tener una migración más ordenada y por eso consideró viable su eventual ampliación.
Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Biden, declaró a los periodistas que las conversaciones continuaban y fue cauto con un tema muy controvertido en la política interna estadounidense y que grupos de derechos humanos consideran que recuerda la línea dura del expresidente Donald Trump.
“Lo que necesitamos es ver cómo funciona en la práctica el programa anunciado la semana pasada, qué ajustes hay que hacer a ese programa —si es que hay que hacer alguno— y entonces podremos hablar de dar los siguientes pasos”, indicó Sullivan.
El envío de más inmigrantes a México podría ayudar a resolver el problema de la deportación de personas a sus países de origen con los que Estados Unidos mantiene relaciones poco sólidas.
Pero una autoridad estadounidense integrante en la delegación de la cumbre y que pidió el anonimato para hablar de negociaciones en marcha, indicó a AP que los tres países están explorando distintas vías para abordar la cuestión migratoria y una de las áreas en las que podría haber anuncios es en cooperación.
Pero los mandatarios, a pesar de las diferencias entre los gobiernos, quisieron enfatizar los puntos en común. López Obrador, tras dar la bienvenida a Trudeau, subrayó a través su cuenta de Twitter que las relaciones con Canadá “son más que buenas”, que empresas de ese país “invierten en México sin obstáculos y el gobierno de ese país ha sido generoso al otorgar visas temporales de trabajo a nuestros compatriotas”.
Además de la agenda dura de trabajo, el asesor de Seguridad Nacional de Biden indicó que la cita será “una buena oportunidad para que el presidente Biden profundice su compromiso personal con el presidente López Obrador y el primer ministro Trudeau”.
Tras la cena que López Obrador ofrecerá el lunes a sus homólogos, los tres discutirán el martes también de otros asuntos de manufactura, comercio, economía, inversiones y la potencial influencia global de una América del Norte más colaborativa.
“Esta reunión profundizará nuestra coordinación y fomentará nuestras prioridades compartidas para Norteamérica”, tuiteó Biden.
Martha Bárcena, exembajadora mexicana en Washington, comentó que los dos gobiernos deberán cuidar “toda la coreografía” porque “la relación es tan compleja que la liebre puede saltar por cualquier lado”.
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