Dos megadudas sobre la danza de los millones en Acapulco
El Santo Oficio
Ángel Miguel Blanco
massiosare@msn.com
* ¿De veras no le alcanzan al Gobierno de Acapulco ni las participaciones federales como para pagarle a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) todos los adeudos y abastecer de aguas potable a Acapulco «como Dios manda», solo por citar un ejemplo?
* ¿De veras necesita el Gobierno de Acapulco casi 9 mil empleados (que representan un gasto de casi 80 millones de pesos mensuales) para operar?
Viendo tan solo los millonarios ingresos de las «Participaciones Federales a los Municipios» que corresponden a Acapulco (70 millones de pesos, en meses de crisis, y 300 millones de pesos, en meses «happys»), surge la mega duda: ¿Realmente no hay consideración por los acapulqueños, que tienen que pagar casi 80 millones de pesos mensuales para mantener a los casi 10 mil empleados –incluidos los amigos, compadres, aviadores y amantes de nuestros servidores públicos– que, supuestamente, requiere el ayuntamiento para «medio funcionar»?
¿Con estos ingresos por concepto de participaciones federales, realmente merecen los acapulqueños no solamente ser ‘empeñados’, sino que se les carguen las deudas de los millonarios préstamos que se realizan a salud de la famosa crisis financiera que, supuestamente, azota al país entero?
¡Cargarle todos estos gastos y deudas a los acapulqueños, y de paso pensar en una reelección, francamente es no tener madre!
¡Todo lo anterior es sin sumar los gastos que generan las listas de raya oficiales y clandestinas, obviamente!
Haciendo cuentas con los «meses críticos» solamente, ¡70 millones de pesos multiplicados por 12 meses ($933 millones 123 mil 396 pesos, promedio anual) harían milagros en pro de Acapulco!
¡Ahora si sumáramos los «meses felices» en los que las participaciones federales rebasan los 300 millones de pesos (como ocurrió en enero de 2017)!
¡Y Acapulco le iría aún mejor si se sumaran los ingresos propios por concepto de impuestos municipales y apoyos extraordinarios del estado y secretarías federales para obras y programas sociales, más los del Ramo 33, que la federación aporta para coadyuvar en los rubros de Educación, Salud, Infraestructura básica, Fortalecimiento financiero y seguridad pública, Programas alimenticios y de asistencia social e Infraestructura educativa!
¿Pero a dónde va a dar tanto dinero?
Basado en estos hechos, debe admitirse que no son en vano las sospechas y críticas de la sociedad hacia sus autoridades.
Pero sabemos, de sobra, que, por los hechos, al gobierno le «vale» el malestar y sufrimiento de Acapulco y la crítica constructiva de la prensa, pero de este tema, que la realidad hable, posteriormente.
Como siempre, al lector corresponde la última palabra.
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